Valeriya y Doug
Conocí a Doug cuando vino a Ucrania el invierno pasado. Al principio casi no nos conocíamos. Tuvimos algunas conversaciones, pero él se quedó en Kiev y se ofreció a quedar conmigo para tomar un café. No esperaba que nos hiciéramos amigos, pero nos interesamos mucho el uno por el otro. Me habló mucho de Hawai, donde vivía. Bromeábamos mucho sobre las diferencias de clima y lo pesada que es la ropa de invierno para la gente que vive allí, donde el verano no se acaba nunca. Fue muy interesante ver sus fotos y vídeos mientras aquí hacía muchísimo frío y todo estaba cubierto de nieve.
Después tuvimos un par de cenas increíbles en las que no podíamos parar de hablar. Doug era todo un caballero: tolerante, honesto y encantador.
De lo único que me arrepiento es de no haberle enseñado todos los lugares de Kiev que me encantarían. Nos faltó tiempo y el tiempo no acompañaba para estar fuera. No obstante, acordamos repetir este viaje después de mi viaje a Hawai.
Nos hicimos muy buenos amigos. Y descubrí una cosa: nunca sabes cuándo encontrarás tu felicidad. Es imposible encontrarla intencionadamente. La única manera es dejar de buscarla.
Espero que todos los que lean esto encuentren su felicidad.
Valeriya.