Me gustaría decir que me gustó todo cuando estuve en Tver. Disfruté especialmente del tiempo que pasé con Olga en la granja italiana. Fueron los momentos más inolvidables y románticos y me sentí tan cerca de ella cuando probamos muestras de queso y montamos a caballo. Fue una oportunidad maravillosa de conocerla bien a ella y a su hija. Así que ya podéis felicitarme, ¡estoy enamorada!